Científico que estudió diversas disciplinas en la década del 60 y 70, hoy nos habla de que el mundo interior, nuestros pensamientos y emociones y creencias afectan a nuestro mundo físico que nos rodea. Esto lo descubrió al investigar culturas como el Tibet, Egipto, India, Los Andes, y ahora intenta ayudar a difundirlo en Occidente, donde la ciencia es útil pero incompleta al omitir estos principios.
Hay dos principios de la Ciencia que descubrió que están equivocados:
1) El espacio que nos rodea no está vacío, está lleno de una esencia viva, una energía oscilante. Un campo energético.
2) Que nuestras experiencias internas influyen en el mundo que nos rodea a través de ese espacio.
Esto nos lleva a la realización de curaciones que parecen milagrosas, a modificar partes de nuestro ser físico, a modificar nuestro entorno, todo en base a nuestras experiencias diarias.
Nuestro cerebro y más aun nuestro corazón, generan campos de energía que logran estas cosas, modificar el entorno, a través de ese espacio.
Sentir amor, comprensión, compasión, perdón, cambia nuestra autoestima y cambian los campos electromagnéticos del corazón y estos cambian el entorno físico que nos rodea. Puede ser un proceso lento o rápido según como sentimos las cosas. Incluso pueden verse cambios en pocos minutos, como milagros.
Todo está interconectado y somos parte de ello. Todo es energía.
Se admite una situación que está mal (por ejemplo una enfermedad), y se plantea otra mejor situación (estar sano), y se impone mediante energías.
Una afirmación positiva es más que un pensamiento.
Pensar en algo que queremos, nos ayuda, pues crea la imagen de lo deseado. Pero para que tome vida propia, debemos sentirlo, con amor. Allí si se materializará. Si sentimos que no sucederá , así será. Debemos sentir lo que deseamos como si ya lo tuviéramos, y pronto llegará.
Entonces por el contrario, si todo el día nos cargamos de noticias y cosas que nos dan temor, las atraeremos. Debemos aislarnos y crear nuestro propio mundo.
Como resumen, el mundo está aun mal pues la mayoría de la gente vive con miedo, con temor, se deja influencias por los otros, y entre todos generan un ambiente feo y hostil.
Si en vez de estar constantemente pensando y sufriendo por temas del día a día (el dinero, la comida que no alcanza, la inseguridad, etc.) pudiéramos estar constantemente pensando y disfrutando de las bondades que nos hacen bien, que deseamos, nuestro entorno cambiaría, y si todos los seres humanos hicieran lo mismo, todo el mundo cambiaría.
Soñemos, dejemos de amargarnos. Pensemos y sintamos en positivo. Esa es la clave para vivir feliz.
La Biblia fue recortada en aquellas partes en donde se habla de estas cosas. Por eso Occidente aun esta sin despertar y otras culturas están mas avanzadas espiritualmente. Se sacaron de la biblia unos 20 libros y se modificaron otros 26.
Analicemos la energía de los chakras.
Pensamiento: actúa sobre los tres chakras superiores o lógicos. Armamos nuestros deseos o sueños.
Emoción: debemos agregarla , proviene de los tres chakras inferiores o creativos. Esto da vida a nuestros deseos o sueños.
Sentimiento: ambas fuerza se juntan en el chakra central o corazón. Allí se inicia el deseo o sueño y se empieza a hacer realidad.
Entonces si sumamos pensamiento positivo con emoción negativa (Ej.: no pasará nada) el corazón emite ondas negativas y nada sucede. Ahora si sumamos pensamiento positivo con emoción positiva (Ej.: si creo que pasará) el corazón emite ondas positivas y comienza a lograrse lo deseado.
Nuestras emociones básicas son dos: Amor y Temor. Eso determina y arma nuestra vida. Logra o no nuestros sueños.
Debemos ser específicos en lo que deseamos. Sino la duda y la vida no nos darán eso que soñamos.
Como ayuda de meditación tenemos el Mantra Espiritual Amn, Om, Amen, etc. Pronunciarlos es pronunciar la frecuencia del amor.
Fuente: http://www.erks.org/gregbraden.html
